viernes, 27 de agosto de 2010

El gran teatro de la vida


Dedicado a mi añorado hermano Adrian, en el primer aniversario de su viaje...

La vida es una gran obra de teatro. La podríamos encuadrar dentro de la categoría de “farsa” o “tragicomedia”. Todos tenemos asignado un papel en esta representación, el cual obtenemos en el mismo instante de nuestro nacimiento, o incluso antes, cuando solamente somos un mero proyecto en la mente de dos personas, para bien o para mal.

En el teatro, lo más importante es la improvisación. A pesar de ello, nuestro guión siempre tendrá los renglones rectos, con la letra bonita y bien colocada. Estará redactado con buenas palabras, las cuales deberíamos aprendernos para poder utilizarlas en el momento más adecuado y preciso, en función de la situación.

A los buenos actores les gusta improvisar si las cosas no se están desarrollando como ponía en su guión, ya que de pronto, el planteamiento de la obra da un giro radical, inesperado, desconcertante. Lo mejor que se puede hacer es serenarse, estudiar bien la situación y obrar en consecuencia. El sentido común, la cordura y la ilusión por triunfar son las armas con las que muchos actores de la vida se enfrentan a las dificultades que los diferentes actos de la obra les presentan. No se desaniman, nunca piensan en negativo, la palabra “imposible” no se encuentra en su vocabulario, siempre ven el vaso medio lleno, o incluso rebosando. La representación sigue avanzando, aparecen nuevos actores en nuestra vida que nos ayudan o nos ponen la zancadilla. Puertas que se abren o se cierran a nuestra espalda, senderos con varias direcciones, duda, curiosidad, un paso adelante, nuevos horizontes…

Hay que tomar decisiones, pero sin perder de vista el guión y sus giros argumentales. Es el propio guión el que llega a la última pagina y acaba siempre con las letras de FIN. En ese punto ya no hay vuelta atrás. Somos actores de un solo montaje teatral y nuestra obligación es representarla de la mejor manera posible. La duración de cada obra nunca viene escrita en el guión. Solo el capricho del director de la obra, un tal DESTINO, es el que marca el fin.

Algunas obras duran menos de lo que los espectadores imaginan en un principio, pero viendo el papel que algunos actores han ejecutado, solo te dan ganas de dar un gran aplauso y sentirte afortunado por haber sido parte de su montaje.

Adrián fue el actor de su propia vida. Uno de los más grandes, y a todos luces inolvidable para muchos de los que contemplamos su puesta en escena, su saber estar, sus tablas sobre el escenario, la elegancia de sus movimientos y su sabio discurso. El guión de su papel protagonista dio un giro radical que nadie mejor que el supo asumir. Cuando los negros nubarrones empezaron a aparecer, cargados con lluvia de mil tormentas, el supo ponerse a cubierto y esperar a que despejara, sin prisa, con mucha paciencia. Los villanos lo ponían trampas y dificultades en las que caía de manera irremediable, pero siempre salía a flote con una sonrisa dibujada a fuego sobre su rostro. Inasequible al desaliento, cogía su bote de pintura y daba brochazos de verde esperanza allá por donde iba, contagiando a todos con su optimismo, fuerza e ilusión.

Su papel fue corto. El guión llegó a su fin a los 25 años y el ejecutó el último acto con la tranquilidad que siempre llevó por bandera. Es posible que, curioso como era, en un momento de bajón pero con mucha sangre fría, se fuera hasta la última pagina de su guión y leyera lo que en ella estaba escrito. A partir de ahí, surgió la improvisación…

Adri, hoy hace un año que te fuiste. El destino jugó con las fechas y decidió que para ahorrar en dolor lo mejor sería que te marcharas el mismo día que mamá. Debes estar orgulloso del papel que representaste, porque no me he cansado de aplaudirte ni me cansaré nunca. Tu recuerdo me sigue allá donde voy. Dejaste una profunda huella en todos los que te rodearon y jamás te podrías imaginar lo que supuso que nos dejaras tan pronto y tan repentinamente. Eres un ejemplo para mi, para mucha gente que te conoció y sobre todo, para los niños scout de Puertollano a los que te entregaste en cuerpo y alma. Como hermano y amigo, todo el agradecimiento del mundo por ser parte de mi vida, tu recuerdo y el de mamá son los que me pemiten ver el futuro con esperanza. Algún día, volveremos a vernos.

Mientras tanto… buena caza y largas lunas!!!

PD. Como le prometí, este texto tambien va dedicado a mi padre, un buen hombre, sencillo, humilde y trabajador. Aunque me tenga lejos, sabe que siempre estoy con el. Un beso muy fuerte desde Pamplona.

10 comentarios:

  1. La vida es muy puta, no se me ocurre otra cosa que decir.

    Un fuerte abrazo

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  2. Efectivamente todo esto es un gran teatro, me encanta la metáfora que has utilizado.

    No se quién narices escribe a veces el guión, pero he sentido la necesidad en infinitas ocasiones de agarrarlo y estrangularlo. Solo nos queda eso, actuar, improvisar, adaptandonos lo mejor posible a los cambios bruscos de escenas y argumentos.

    Nuestros seres queridos, como los buenos actores, nos dejan sus obras para que nunca los olvidemos, tu hermano dejó su obras en esos scout, en ti, en sus amigos, en su familia,...

    Saludos

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  3. Todos deberíamos interpretar nuestro mejor papel, aunque algunos lo hacen mejor que otros.
    Definitivamente Adri lo hizo mejor que nadie....

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  4. Emotiva entrada Albert... y si, en cierto modo somos como actores que interpretan un papel en esta obra llamada "vida".. lástima que algunos abandonen el escenario antes de tiempo... Lo importante es que los que aún estemos "actuando" no nos olvidemos de los que ya lo hicierón...

    Tu hermano estaría orgullosísimo de ti.

    Un beso muy fuerte!

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  5. Me han encantado tus palabras y tu celebración del recuerdo.
    Muchos besos

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  6. Me has emocionado! Unas palabras muy bellas a pesar del dolor. Seguro que tu hermano y tu madre estarían muy orgullosos de ti.

    Besos.

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  7. Es cierto que la vida y el tal Destino son caprichosos, y que en determinados casos te sientes una marioneta intentando que el tal Destino no te golpee, y no, no se consigue.
    Preciosa entrada, Alber.
    Tú hermano seguro que también está muy orgulloso de ti.

    Besos

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  8. Tras leer el blog en su día pense que poco más se podia decir y más viniendo de la persona más cercana a Adrian.
    Por suerte para los que le conocimos siempre le podremos recordar por su sonrisa.
    Casualidades de la vida hoy he visto este video de algún buen amigo y que me gustaria compartir;

    http://www.youtube.com/watch?v=OjpOVnEP5H0

    Espero que no solo sirva de recuerdo sino de actitud hacia nuestra propia vida, ya que muchas veces nos olvidamos de los momentos más sencillos y que al final son los que la llenan.

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  9. Hola Alberto, acabo de leer esta entrada, esta genial....Adri sigue presente entre nosotros, es imposible que lo olvidemos, ya que fue un gran amigo y mejor persona.
    Un abrazo muy fuerte.

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  10. Precioso post, como los anteriores, Alber.

    No hay consuelo para esto. Sólo dolor, recuerdos y amor. Te digo que la vida es puta y tremendamente injusta. Y sí es verdad que parece, muchas, demasiadas veces, una obra escrita por un sádico y loco autor. ¿Fué Shakespeare el que dijo lo de "La vida es una obra llena de ruido y furia"? (o algo parecido) Se podrían añadir muchas otras cosas.

    Estoy seguro de que Adrián y tú fuísteis muy afortunados de teneros el uno al otro. Lo lamentable, es lo efímero de ello.

    Un abrazo.

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