miércoles, 18 de abril de 2012

El cazador cazado



Como ciudadano activo y crítico con la sociedad en la que vivimos, tenía que dar mi opinión acerca de toda la polémica que se está generando con el asunto del viaje del rey a Botswana (yo lo escribo así, me gusta más que Botsuana). Muchos ya me conocéis y sabéis que siento auténtica pasión por los animales (TODOS, hasta los más insignificantes como las hormigas, arañas o lombrices: si están ahí es porque deben estar, y no somos nadie para erradicarlos o lo pagaremos caro...). Dicho esto, sobra decir que lo del rey matando elefantes me sienta como una patada en los huevos, por varias razones:

1. Que el se debe a los españoles, que para eso le pagan absolutamente TODO, desde los calzoncillos y los palillos mondadientes hasta la fruta que le llevan todos los días desde la Frutería Vázquez, que es cara de cojones (fui un día todo inocente a comprar hierbabuena para hacer te moruno y me soplaron 3 € por un ramillete ridículo. Cuando llegué a casa y se lo conté al compañero Mohammed, me dijo que en cualquier carnicería marroquí del barrio me cobrarían 80 céntimos por un manojo cuatro veces más grande....luego me enteré que esa frutería sirve diariamente a la Casa Real).

Tanto que habla en el discurso de Navidad de lo preocupado que está por los españoles y que sufre mogollón con los desempleados y la gente que se queda sin recursos...coño, pues cuando algún ricachón le invita a irse a Botswana a cazar paquidermos y desplazar a parte de su séquito le importan una mierda los españoles, los que lo pasan mal y los que lo pasan bien, TODOS. Este tío pasa de nosotros como lo ha hecho siempre. Los que lo defienden siempre recuerdan el papel tan importante para la democracia y durante le 23F. Pues perfecto, hizo su papel, cumplió con su deber y punto. Ahora que no toque los huevos con sus caprichos de rico, porque con la que está cayendo no hace ningún favor a nadie: la imagen de tio campechano y simpático huele ahora a cuerno quemado, sumado a las fechorías de Urdangarín y las gilipolleces del Marichalar.

2. Los periódicos han expresado su opinión, cada uno barriendo para su casa. ABC, como es normal, defiende al rey a ultranza y ensalza al joven Froilán, que le está cogiendo el gustito a la caza, a las armas y a los tiros (en eso se parece a su abuelo y a su padre, cada uno aficionado a diferentes variantes de los tiros: uno tira con pólvora negra, el otro prefiere la pólvora blanca, jaja). Desde luego, la prensa conservadora critica más o menos el hecho de la batida de caza, pero lo que no hacen es hablar del elefante. Para ellos eso da igual, es lo de menos. Por regla general, la caza es una actividad muy vinculada a la sociedad conservadora de patillas largas, botas camperas, mechas rubias y pulseritas con bandera de España. A esta gente les gusta la caza tanto o más que los toros. Les gusta acudir al coto con sus Range Rover y sus Porsche Cayenne, pasar toda la mañana acribillando ciervos y jabalíes y hacer que todos los montes de mi tierra manchega, remansos de paz, retumben de fuego y sangre. Abanderan, a veces, aquello de que la caza que ellos practican sirve para el control de las especies y tal y cual, pero muchos de ellos no tienen ni pajolera idea del control de las especies y ni les importa. Les gusta matar porque sí, porque disfrutan posando detrás de la cabeza de un ciervo babeante e inerte, y sonríen bobalicones presumiendo de su hazaña, triunfadores, y colocan a un niño en la foto, cerquita del cadáver aún caliente, para que se impregne bien del olor.

Se habla mucho del control de las especies, que es vital para mantener el equilibrio del ecosistema..equilibrio que ha existido desde siempre en base a tres factores: pastos, herbívoros y depredadores (esto es así en España y en cualquier país): soy agricultor y ganadero y hago dos cosas: le quito a los herbívoros salvajes los pastos naturales para poder cultivar mis campos y para que coman mis ovejas. Voy más allá, como compiten mucho con mis ovejas o vacas, los voy a matar, directamente. Claro, ahora los lobos y osos se comen mis vacas, luego los tendré que matar también. Vaya, ahora que no hay lobos ni osos, empiezan a aparecer ciervos, jabalíes y corzos por doquier...joder, pues tendré que matarlos otra vez, pero ahora me lo monto mejor: planto un coto privado y me forro cobrando por las batidas de caza a los pijos de ciudad con ganas de aire de campo. ESO NO ES CONTROL DE ESPECIES, esto son carnicerías para deleite de unos pocos, los que van con la escopeta, porque ahora no es el momento de hablar de los perros que les acompañan...esas historias ya las conocéis.


3.Yo si que voy a hablar del pobre elefante. Con los elefantes en Botswana y muchos otros países de África sucede lo mismo que con los ciervos en España. Se mermaron las poblaciones con la caza furtiva y gracias a los programas de conservación, se consiguió parar su declive. Puedo llegar a entender que, de alguna manera, se intente controlar un exceso de población abatiendo a ejemplares adultos o viejos de manera controlada y selectiva....ahora bien, lo de hacerse la foto delante del elefante muerto apoyado en el arbol no es de recibo, y menos por parte de un tío que nos representa a todos los españoles. Y digo elefante como digo búfalos, leopardos y todos los animales que ha cazado y con los que se ha retratado. Y encima, que se vaya por ahí de manera "secreta" y que nos enteremos porque se ha pegado un hostión y se ha roto la cadera. Se han pasado tres pueblos con este tema, que no nos va a sacar de pobres, pero una cosa es ser pobres y otra cosa es ser gilipollas, y en este país, entre unos y otros, nos las están dando todas en el mismo sitio.

sábado, 7 de abril de 2012

Cucharada y paso atrás


Viernes Santo. Tiempo de reflexión, penitencia, recogimiento y abstinencia de todo lo carnal, o al menos, en lo que a la carne animal como alimento se refiere. Cada uno, en función de sus creencias, respeta o no esta sacrosanta tradición española, dando lugar al lucimiento de madres y abuelas cocinando los famosos "potajes de Cuaresma", que en Viernes Santo llegan a su fin. Pues yo, oh pecador de la pradera, no es que no quiera respetar la tradición. Sinceramente me da igual, porque si no es por una cosa, iré al infierno por otra, con lo cual no me afecta. A que viene todo esto que cuento? Pues a la anécdota de que un Viernes Santo como hoy, día de reflexión, abstinencia, bla bla, comí más carne que en toda mi vida, sin acordarme que era Viernes Santo...entre mis amigos y yo devoramos con avidez y lujuria lomo, chuletas, chorizos, salchichas, morcillas y un rinoceronte si se nos hubiera puesto por delante.

En Calzada de Calatrava, pueblo del insigne cineasta Pedro Almodóvar, es tradición de Semana Santa jugar a las "caras", sencillo juego de azar en el que se apuesta dinero a una tirada de monedas: si sale cruz, ganas el doble de lo apostado, si sale cara, pierdes, si sale cara y cruz, se repite la tirada. Aparte de la apuesta general a cruces, los apostantes pueden jugarse entre ellos lo que quieran: ahora solo se juega dinero, pero dicen las malas lenguas que hace muchos años, algunos del pueblo se han llegado a jugar hasta las fincas y los terrenos, y los han perdido en una simple tirada de monedas...me apuesto lo que sea a que muchos se hubieran jugado hasta la esposa!!

Pues en este pueblo nos encontrábamos mis amigos y yo, tomando cervezas de bar en bar (hasta 12 botellines o cañas, a dos manos incluso)y se hizo la hora de comer. Nos jugamos el dinero que nos quedaba a las caras, con el riesgo de tener que irnos cada uno a nuestra casa si perdíamos y comer lo que nuestras madres nos dieran. Salió cruz, ganamos el doble y nos fuimos a un carnicería a comprar carne para comer, sin acordarnos de la terrible prohibición de comer carne en viernes santo y sus demoníacas consecuencias futura. Cuando estábamos en toda la vorágine chuletil, uno de mis amigos, más piadoso y conservador que los demás crápulas, sintió la iluminación divina y se acordó del día que era. Rasgándose las vestiduras, dijo que el ya no comía más carne, arrepintiéndose de su pecado, con lo que los demás pensamos: cojonudo, más carne para nosotros, jajaja!! Y así hasta hoy.

La primavera es un tiempo guay para ir al campo. Mis amigos y yo lo hemos pasado de lujo cuando hemos decidido pasar un día agreste en la naturaleza, lejos de la civilización, comiendo cosas básicas como carne a la plancha, arroz caldoso, caldereta de cordero o unas buenas migas, todo regado con zumo de cebada....y un botellón monumental después!! Y entre comida y comida, cubata y cubata, se han desencadenado diferentes anécdotas tales como:

  • Que yo vaya a mear y un amigo se venga conmigo. Que se encuentre una bonita guindilla fresca en su mata, de un color rojo intenso, sinónimo de que te puede matar a distancia. El se piensa que es un pimiento, yo le digo que no. El sigue en sus trece pensando que es un pimiento, yo echo la vista atrás y recuerdo las guindillas que mi abuelo sembraba en el huerto, igualitas que esta. El dice que se lo come, yo le digo que ni se le ocurra. Lo parte con las manos, corta un trocito, se lo mete en la boca, pica como un demonio, intenta aguantar mientras mea, se toca sus partes blandas, le pica un ojo, se toca el ojo....al final acaba como un desesperado, corriendo en pelotas por el campo para tirarse a una alberca con agua estancada verde y maloliente e intentar aliviarse....era una guindilla!!
  • Que un amigo se vaya a echarse la siesta y mientras tanto, alguien le recorte las mangas de la camiseta para hacerle una de tirantes y también, le corte los calzoncillos por los lados, con lo cual, al final se queda con tirantes y en pelotas. Se cabreó y tiró un hacha por la puerta para ver si le daba al que le había jodido (estaba muy muy pedo) Yo vi el hacha, me vine arriba y me fui a cortar leña, como un granjero de Montana. Desde ese día, muchos me conocen como "Cotan, el Destructor" (Cotan derivado de mi apellido Cota).
  • Que unas chicas nos inviten a su chalet a pasar el día, no conocemos a nadie de esa familia, todos llegamos en plan decente, a ver que tipo de confianza nos dan.....todos?? Bueno, todos uno, ya que un amigo mío, nada más entrar, coge una silla de piscina, echa a correr con ella y se lanza a la piscina sentado en la silla. Esa es la brillante aparición que hicimos en ese chalet...como para que nos inviten a otras casas.
  • Finaliza un día de campo estupendo. Recogemos y nos vamos. Nos repartimos en dos coches. Vamos tranquilamente por un camino cuando vemos que, con el coche en marcha, se abre una puerta del coche de delante. Un amigo decide hacernos una gracieta y coloca los pies en el borde del coche, agarrándose al asa interior superior del coche y haciendo como que surfea o vete tu a saber que es lo que quería hacer. En esto que el asa del coche se rompe, el amigo se sale fuera del coche y empieza a ser arrastrado por el camino al mismo tiempo que el intentaba levantarse andando hacia atrás, agarrado a la puerta del coche abierta...encima, el conductor, que vete tu a saber como iría, no se daba cuenta del asunto...aquello fue para descojonarse!!
  • Hemos tenido intentos de suicidio (fingidos) por rechazo sentimental. Hemos saltado todos juntos, cogidos de las manos a un pantano desde, con bastante público familiar a una distancia lo suficientemente prudencial como para ver claramente que estábamos en pelotas. Un amigo borracho (este siempre iba borracho) se metió en el agua con las gafas y las perdió para siempre (el mantiene la acusación sobre un barbo ladrón que se las robo...aún hoy es posible localizar al barbo con las gafas puestas, es un caso similar al del monstruo del Lago Ness). Yo martiricé a un amigo continuamente con culebras de agua, sabiendo que le aterran, por la simple y llana razón de que es un poco melindroso y cuando llega la hora de comer y todos nos disponemos con nuestro cubierto en una mano y el pan en la otra, para disfrutar de la comida por el tradicional método de "cucharada y paso atrás", el dice que no, que a el le echemos en un plato, que el de pie "no sabe comer".