domingo, 24 de octubre de 2010

Voy camino Moriaaaaaa!!!!


Eso cantaban los hobbits, tan felices camino de las Minas de Moria (que tostón de libro, Dios mio de mi alma!!) Pero este fin de semana no hemos ido camino Moria, sino camino Soria, como cantaba Gabinete Caligari (o Cagalera, grandes Martes y 13). El motivo de esta excursión era no estarnos todo el día en el sofa o dando vueltas por la extremadamente cara ciudad de Pamplona, donde para poder disfrutar de un par de cañas y un par de pintxos tienes que ir al cajero a sacar pasta....

Aparte de eso, Soria es una ciudad por la que hemos pasado infinidad de veces cuando hemos ido a Logroño o Pamplona desde Madrid en bus, ya que el autobús hace parada en esta ciudad castellana. Es por ello que teníamos algo de curiosidad por conocer la ciudad, comprobar si existe de verdad (es broma, no quiero que se nos ofendan los sorianos, faltaría más) y tener un plan diferente para el sabado.

Llegamos a Soria a eso de las 11:00 de la mañana, arañándole minutos a nuestro fiel Garmin (Carmen para los amigos). Una vez allí decidimos ir a tiro hecho, ya que pasado el mediodía teníamos otro plan previsto. Con el mapa que nos dieron en la oficina de turismo buscamos las principales iglesias románicas para hacer un recorrido por ellas y despues palpar el ritmo de la ciudad. Estuvimos en la Concatedral de San Pedro visitando el claustro románico (muy bonito) y haciendo fotos en plan "paparazzi", puesto que apareció la tipica vieja puñetera que hay en todos sitios, diciendo que no se podían hacer fotos. Yo le decía que las estaba haciendo sin flash, pero ella, erre que erre, que no se podían hacer fotos y punto en boca, hombreyaa!!

Luego visitamos otra bonita iglesa, Santo Domingo, con una espectacular fachada y un interior de los que me gustan a mi: extremadamente sobrio, mucha piedra vista, poco iluminada, lineas duras...románico puro!!! (ay que ver lo que me gustan las iglesias medievales, siendo yo más bien ateo-agnóstico).


Como la última iglesia que queriamos ver estaba cerrada y ya teníamos bastante iluminado el espíritu, decidimos iluminar el estómago, nuestra gran especialidad. Para ello, el destino, cuan sabio es, habia preparado para ese fin de semana un concurso de pinchos "micológicos" (para los de la LOGSE, no hablamos de la capacidad de raciocinio de un mono, sino de hongos y setas). Decenas de bares de la noble ciudad de Soria participaban en el evento, demostrando sus dotes culinarias y su pericia a la hora de elaborar un rico pintxo o tapa donde las setas fueran las protagonistas. Nos metimos entre pecho y espalda un bocatín de rabo de toro con hongos (riquisimo) y un milhojas de patata con crema de huevo frito y crujiente de boletus (prefiero las patatas fritas con el huevo y unas setas a la plancha, pero no estaba del todo malo). Despues, como el primer bar nos gustó bastante, nos pedimos una ración de bocadillitos a 1 euro que estaba cojonudos, sobre todo el de pechuga de pocho con salmorejo cordobes o el de chorizo a la sidra. Al final, comimos entre los dos por menos de 15 euros, felices de la vida y dispuestos a seguir nuestra excursión.

Dejamos Castilla para entrar en La Rioja, con la intención de adentrarnos en una autentica joya natural: el Parque Natural de la Sierra Cebollera, un auténtico paraiso de hayas, abetos y acebos, surcado por el rio Iregua y que hace de frontera entre Castilla y Leon y la Rioja.

Cuando fui por primera vez a Logroño hace ya 5 años, quede totalmente fascinado por el espectaculo que me esperaba al subir el puerto de Piqueras. No sabía de la existencia de este exuberante macizo montañoso de suaves cumbres totalmente cubiertas de vegetación, con amplísimos valles donde pastan mansamente vacas y caballos y donde los buitres leonados son los autenticos dueños y señores del cielo. Creo que pocos paisajes he visto tan bellos como ese. Me enamoré de ese 23 de septiembre y del lienzo de colores de otoño que se extendía a mi alrededor, como si el mismisimo Claude Monet hubiera decidido olvidarse de sus nenufares y se hubiera instalado para siempre en los bosques riojanos. Si para mi este recuerdo era intenso, por el impacto que me causó, aunque un poco efímero, fruto de un mero paso montado y aburrido en un autobús, para Ester el recuerdo era más fuerte; durante gran parte de su infancia y juventud pasó largos meses de verano por estos parajes, como monitora de campamentos, disfrutando de la naturaleza, de los bichos del campo y de los baños en el río.

Por estos motivos decidimos hacer una parada en este parque para poder pasear y hacer fotos. Había un montón de vacas que, pacientemente, aguantaron el chaparrón de fotos que el cansino de turno se propuso hacerles (y digo yo, para que cojones quiero tantas fotos de vacas...) Encontramos un bodegón de setas que algún amante de la fotografía había elaborado y había dejado allí para los restos, con alguna "Amanita muscaria" incluida (para los no duchos en el tema de las setas, es la famosa seta de los pitufos, la roja con motitas blancas, estupendamente venenosa e incluso mortal!!)Pasamos un par de horas muy agradables, continuando después el viaje hasta Logroño. Allí decidimos que no teníamos nada mejor que hacer que ir a Mercadona a hacer la compra (oohh Mercadona, como te hecho de menos....sniff). Y nos dieron las 10 de la noche....y claro, estando en Logroño a esas horas, sábado, con una noche realmente agradable...pues irremediablemente nos vimos obligadísimos a irnos a la Calle Laurel, y mira que yo no quería, eh!! Me iba agarrando a todos los salientes que me encontraba, esquinas, contenedores, rejas....pero era imposible. Una fuerza sobrehumana nos arrastraba a ese grupejo de viejas calles, reducto de perdición y de patatas bravas, crianzas de rioja y champiñones plancha...en fin, que os voy a contar yo. Si os gusta el tapeo y no habeis estado aún en la C/ Laurel de Logroño, no os podeis morir aún, teneis que dejaros caer. Los que ya conozcan esta calle saben muy bien de que estoy hablando....avisados quedais!!


3 comentarios:

  1. yo se perfectamente de lo que estas hablando, refiriendo a la calle laurel! ummmmmmm rico rico y con fundamento. Respecto a las iglesias... yo tambien soy atea, de las autenticas pero me encanta ver las iglesias y catedrales como edificios, me parecen una autentica maravilla.. :)

    ResponderEliminar
  2. Nunca estuve en Logroño, pero apunto: calle Laurel.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Conozco la calle Laurel... Fui a Logroño a una despedida y esa calle fue de lo mejorcito! Qué recuerdos. Qué suerte el certamen de setas en Soria!! Me encantan. Por cierto, la gente mayor no entiende el concepto flash por mucho que les expliques. Yo en Florencia tuve un buen fregao en una iglesia por lo mismo... menudo pollo nos montó!! Qué hambre me acaba de entrar por tu culpa.

    ResponderEliminar