viernes, 30 de abril de 2010

Vamos al lio


Buenos señores, hoy es viernes. Se presenta un fin de semana mas o menos interesante, con visita a la muy noble y honorable ciudad de Logroño, con su calle Laurel incluida (los que ya la conoceis no os inmutareis, ya que no os llega el olorcillo. Los no tan afortunados deben saber que hago referencia a un grupito de calles del casco viejo de Logroño donde se encuentran unas cuantas decenas de bares, tabernas y tascas con un surtido de pinchos y tapas cojonudo, muy ricas y a unos precios que ya nos gustaría tener en Pamplona). El domingo, si el tiempo no lo impide, vamos a ir a SendaViva, una especie de parque de Cabarceno en versión navarra, pequeñito pero muy cuco. Hay bastantes animales en unos recintos mas o menos amplios, en los cuales se pueden mover con cierto grado de comodidad. Hay algunos que esto lo llevan muy lejos. En nuestra primera visita, la primavera pasada, no era capaz de localizar a la cabra montesa dentro de su recinto. Soy miope, pero una cabra no es tan pequeña como para no verla a menos de 100 metros. El caso es que lo di por imposible, y es que resulta que estaba alternando con los gamos. Habría saltado la verja que les separa con un elegante salto y alli estaba, ramoneando la paja y comentando la buena mañana que hacia. Yo soy muy dado en acercarme a cualquier animal que veo, y aqui la verdad es que es bastante sencillo incluso darles de comer, sobre todo a los burros, vacas y caballos....

Una vez llegado a este punto equino voy a contaros una pequeña historia con un caballo como protagonista, un par de bicicletas, dos amigos y una tarde de paseo. Los que me conozcan, que son unos cuantos, saben que no hay en el mundo nada que me guste mas que comer y los animales (no se por que orden). Lo de los animales viene de muyyyyy lejos. Es autentica pasión lo que siento por ellos, me da igual el tamaño, textura o apariencia, si tengo que cogerlos, los cojo, los miro y los remiro, les rebuzno, ladro, relincho o pongo voz de loro, y los mas cachondo es que, por linea general, me miran y me contestan...por lo general, los animales, otras veces, la gente que en ese momento me rodea, y se alejan con desconfianza de mi, y cuchichean, y ocultan protectoramente a sus hijos...

Bueno, el tema es que hace bastantes años sali con un buen amigo a dar un paseo en bici por un paraje campestre a las afueras de nuestra ciudad. Dándole al pedal pasamos por un pequeño picadero equino (el caso es que ese paraje campestre ya es todo un picadero, y no de caballos precisamente, luego habia un picadero dentro del picadero, juas), en el que habia unos cuantos caballos. Uno jovenzuelo estaba cerca de la valla y nos paramos un rato a descansar y a hacerle monerias. Yo enseguida anime a mi amigo a coger un manojo de hierbajos para darselos a comer, en plan mezclum de ensaladas. La gente suele ser prudente en estos actos y va como con reticencias, no sea que el bicho vaya a responder de malos modos. Yo no soy asi. Yo meto la mano donde haga falta, luego vienen las consecuencias. Este potranco adolescente tenia ganas de juego y acerco los belfos a la tela metálica, y cogia delicadamente las margaritas que mi amigo les daba. Yo, en plan hortelano, agarre un buen manojo y con un elegante medio giro lo arrance limpiamente. Con la ensalada campestre me acerque a la valla y meti todo el antebrazo. El animal se acerco con los ojillos brillantes, abrio la bocaza y fue mordiendo las hierbas al mismo tiempo que iba absorbiendo mi mano. Tenia los dientes pequeños y era inofensivo, y con la mano dentro de su bocaza, le toque la lengua, todo feliz yo con la nueva experiencia gastronomica entre el caballo y yo.

Cuando saque la mano la tenia toda llena de mierda. Asi de claro, mierda. Los caballos no son rumiantes, pero la hierba dentro de su organismo fermentara rapidamente y se convierte en eso mismo, en mierda. Pues tenia la mano izquierda completamente teñida de un bonito color ocre, con un olor a toda luces intimidador, y lo más cachondo del asunto, que no se quitaba. Estaba tan impregnada que parecia que me la habia teñido, y no se iba ni con agua bendita. Bendita era el agua que llevabamos en la bici, pero ni por esas. Me frote con las plantas que habia por alli, me escupi en ella, y nada. Decidimos irnos a casa a ver como me quitaba eso. Lo peor de todo era el olor, que no se iba, y era tan penetrante que me estaba mareando. Tuve que quitar el brazo del manillar de la bici y conducir solo con la mano derecha, echando el brazo izquierdo hacia atras para que se me fuera aireando. Para mas inri, soy zurdo y con la mano derecha controlo poco, y estabamos a freir esparragos de Puertollano. Se me hizo eterno el camino de vuelta a casa, teniendo que ir por caminos de cabras, barbechos, rampas de subida y bajada...que Cristo, que Cristo!! Al final se fue, despues de mucho frotar con jabon, con alcohol y productos diversos, casi pierdo la mano de tanto frotarme

Nunca mas supe del potro y sus jugos gástricos, me pasé de listo ese dia y mi amigo se lo pasó de puta madre riendose de mi. Han pasado muchos años de esta historia, pero lo recordamos continuamente. Nunca más he vuelto a meterle la mano en la bocaza a un caballo, pero si a una serpiente...esa vez no me rei tanto, pero la dejo para otra ocasion.

5 comentarios:

  1. jajajajaja gensanta!!! qué asco!
    Soy alérgica a los caballos, me pongo enferma a menos de 100 metros de uno, así que no quiero ni pensar en tu experiencia.

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  2. ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,...espera...ja,ja,ja,ja,ja,...ya...no...ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,... que bueno!!! no me canso de oirla...ja,ja,ja,ja...

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  3. Madre mia!!!, creo que me he reido más ahora que ese día (entre otras cosas porque me dejaste sin agua), ahora mismo siento un dolor intenso en la barriga y los ojos los tengo llenos de lagrimas.
    Que bueno, sigue asi, me alegro que hayas cumplido la petición de David, seguro que te salen más.
    Chao.

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  4. Muchas gracias por contar la historia del caballo, como comienzo no esta mal, no puedo parar de reir y ya sabes que cuando yo me pongo a reir tambien me pongo a llorar y ahora no veo ni el monitor ¡joder!. Chao

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  5. Llegué a tu blog a través de algún otro, no recuerdo cuál. Estoy leyéndolo a fondo. Me gusta. Y cómo me reí con esta entrada!!

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