Tal día como hoy, hace un año, estábamos empaquetando nuestras últimas cosas para mudarnos de piso. Ester y yo compartíamos piso en un barrio muy majo de Pamplona, el mismo piso en el que yo tuve a un compañero un poco cerdo del que ya os hablé en otro post. La verdad es que en este piso viviamos bastante bien, el barrio estaba muy bien situado y tiene mucho prestigio en la ciudad (gente pija a rabiar, al lado de la Universidad de Navarra, tan privada, tan religiosa, tan estirada, tan cara, tan del Opus).
En este piso viviamos con un chico y una chica. Ella, más sosa que el copón, el....el era....como os diría yo...joder, me embarga la emoción al recordarlo, no tengo palabras para describirlo!! Creo que con cuatro adjetivos sería suficiente, y no quiero que nadie se ofenda por ello si se sienten identificados. Era feo, gordo, calvo y mariquita, una joya, vamos!! Lo único bonito que tenía era el nombre, que se llamaba Alberto, juas!
Cuando llegó al piso hasta me cayó bien. Eso si, yo no lo hubiera elegido para compartir piso conmigo, pero como no lo decidía yo, sino los dueños del piso, pues tuve que tragar. Parecía un tio majo, educado, con buen trabajo, sencillo...me dió confianza para coger sus libros, música, películas, etc.
Los malos rollos empezaron porque yo no sentía especial devoción por los otros compañeros de piso que teníamos. Con uno de ellos, por guarro y ladrón; con la otra, por ser la tía más gris y desagradable que he conocido nunca. El caso es que la convivencia con Alberto se fue deteriorando porque el se acercaba más a los otros, quedándome yo solo en el lado oscuro (esto es como Gran Hermano, literal). Empezó a montarme unos pollos realmente espectaculares por cosas realmente absurdas, sin venir a cuento. Por ejemplo, porque no había bajado la basura y se habían acumulado un par de bolsas de plásticos. Otro día, porque cambie de canal en la TV al ver que el se levantaba de la mesa con su plato, cubiertos, etc, sin saber que iba a volver para tomarse un café.
Así, las cosas se fueron calentando, y más aún cuando Ester se mudó al piso al quedarse libre una habitación. Se puso echo un auténtico basilisco cuando le dijimos que ibamos a poner internet por nuestra cuenta. El quería que lo pusiera el dueño del piso, pero este dijo que no, que eso era cosa nuestra. Yo me ofrecí a darme de alta en ONO y que el me pagara su parte correspondiente, y casi me muerde, gritando que el JAMÁS me iba a pagar a mi algo en esta vida.
Me prohibió entrar a su habitación (cosa que yo no pensaba hacer), y un día se descolgó con la paranoia de que yo había entrado en su habitación a cotillear, y que lo había descubierto porque me había puesto una "trampa" en forma de caja pegada a la puerta que se mueve si la abres....Evidentemente, yo no había entrado y el si que lo hizo cuando llegó, luego el que movió la caja para entrar fue el solito.
Una de las razones de este comportamiento conmigo, según Ester y mucha gente, es que yo le gustaba. Puede ser que se sintiera del todo frustrado al saber que yo era hetero y que habia traido a mi chica a vivir conmigo. Siempre sospechamos que era gay, por el amaneramiento que tenía y la forma de hablar, pero mis sospechas se confirmaron cuando lo escuche al telefono diciendole a un tal Isidoro que le gustaba. Ahi lo ví todo más claro, y más cuando un día, mientras yo comía, salió al balcón a fumar en calzoncillos, con una parte medio bajada, enseñándome la hucha y la otra metida por el cachete del culo, en plan tanga, como insinuándose. A muy poco estuve de ir hacia el, cogerle de los pies y tirarlo por el balcón al grito de "VUELA, MARIPOSÓN, VUELAAAAA"!!!
Tanto el como la compañera dejaron de limpiar el piso (solo fregaban los platos, pero dejaban todos los restos de comida en el fregadero, pulpa de naranja por la encimera, si se caia algo al suelo (aceite, tomate, cascaras de algo) no lo recogían, y encima me echaba en cara a mi que no limpiaba. Nos "obligaron", de muy malos modos, a Ester y a mi a compartir el cajón mas pequeño del congelador. Ponía la música a todo volumen a proposito, y cantaba a voz en grito los grandes de exitos de Rocío Jurado, la Más Grande!!!
Tenía comportamientos de lo más extraño. El más intrigante de todos sucedía en Sanfermines. Se levantaba de la cama a las 2 de la tarde, sin lavarse la cara se metía entre pecho y espalda una bote de menestra calentado en el microondas, se vestia de pamplonica (conjunto entero, de blanco, con faja y pañuelo rojo) y se iba. A los 10 minutos volvía, se cambiaba la ropa y se metía en la habitación o se volvía a ir, vestido de paisano. Nuestra mente calenturiente llegó a imaginar que acudía al encuentro del torico que kukuxumusu saca en Sanfermines, un pedazo de toro de peluche de 2 metros de alto, con los huevos colgando. Puede ser que su amante fuera dentro del toro y practicaran sexo salvaje en fechas tan señaladas para un pamplones!!!
Un día yo, harto de este tipo, le pinché una rueda de la bici, sin piedad (que gracia me hizo verlo como se iba tan feliz pedaleando y como volvió andando, muahahahahaaa...Alberto, fui yo el de la bici, por si un caso llegas a leer esto algún día). Se merecía un par de hostias, preventivas, pero soy un tio pacífico y paso de lios.
La gota que colmó el vaso y precipito nuestra marcha fue una acusación realmente demencial. Me salta con que yo, la noche anterior, había intentado meterme en su ordenador, de manera remota, para ver las cosas que el tenia guardadas. Casualmente, a la hora que el me decía yo estaba con Ester, en su habitación, viendo la tele. Afirmaba, todo rotundo y vociferante, que le habia aparecido un mensaje de que un tal "alberto@midireccionIPynosequemas" quería entrar en su ordenador. Me llegó a amenazar de que algo malo me podía pasar si lo intentaba otra vez. Lo mejor de toda esta historia es que aqui, mi querido y añorado ex-compañero de piso NO TENÍA INTERNET, y sin internet, no hay manera posible (sin cables de red) de poder entrar en el ordenador de otra persona!!!
Le dije que era un paranoico y que me estaba dando miedo. Al día siguiente ya estábamos buscando piso y a principios de agosto nos mudábamos a otra vivienda, toda para nosotros y nuestra gata, sin seres repelentes como el. Ha sido la persona más vil y despreciable que he conocido en toda mi vida, y desde luego, no se parece a ningún otro navarro que haya conocido, que son gente noble y educada.
Aún tengo ganas de gastarle una bromita pesada, para que sepa con quien jugó. Como se sus horarios de trabajo, cuando he pasado por el piso le he tocado el timbre unas 15 o 20 veces, para que se despierte y haga ejercicio, que la barriga a su edad queda muy fea....tonto de los cojones!!
En este piso viviamos con un chico y una chica. Ella, más sosa que el copón, el....el era....como os diría yo...joder, me embarga la emoción al recordarlo, no tengo palabras para describirlo!! Creo que con cuatro adjetivos sería suficiente, y no quiero que nadie se ofenda por ello si se sienten identificados. Era feo, gordo, calvo y mariquita, una joya, vamos!! Lo único bonito que tenía era el nombre, que se llamaba Alberto, juas!
Cuando llegó al piso hasta me cayó bien. Eso si, yo no lo hubiera elegido para compartir piso conmigo, pero como no lo decidía yo, sino los dueños del piso, pues tuve que tragar. Parecía un tio majo, educado, con buen trabajo, sencillo...me dió confianza para coger sus libros, música, películas, etc.
Los malos rollos empezaron porque yo no sentía especial devoción por los otros compañeros de piso que teníamos. Con uno de ellos, por guarro y ladrón; con la otra, por ser la tía más gris y desagradable que he conocido nunca. El caso es que la convivencia con Alberto se fue deteriorando porque el se acercaba más a los otros, quedándome yo solo en el lado oscuro (esto es como Gran Hermano, literal). Empezó a montarme unos pollos realmente espectaculares por cosas realmente absurdas, sin venir a cuento. Por ejemplo, porque no había bajado la basura y se habían acumulado un par de bolsas de plásticos. Otro día, porque cambie de canal en la TV al ver que el se levantaba de la mesa con su plato, cubiertos, etc, sin saber que iba a volver para tomarse un café.
Así, las cosas se fueron calentando, y más aún cuando Ester se mudó al piso al quedarse libre una habitación. Se puso echo un auténtico basilisco cuando le dijimos que ibamos a poner internet por nuestra cuenta. El quería que lo pusiera el dueño del piso, pero este dijo que no, que eso era cosa nuestra. Yo me ofrecí a darme de alta en ONO y que el me pagara su parte correspondiente, y casi me muerde, gritando que el JAMÁS me iba a pagar a mi algo en esta vida.
Me prohibió entrar a su habitación (cosa que yo no pensaba hacer), y un día se descolgó con la paranoia de que yo había entrado en su habitación a cotillear, y que lo había descubierto porque me había puesto una "trampa" en forma de caja pegada a la puerta que se mueve si la abres....Evidentemente, yo no había entrado y el si que lo hizo cuando llegó, luego el que movió la caja para entrar fue el solito.
Una de las razones de este comportamiento conmigo, según Ester y mucha gente, es que yo le gustaba. Puede ser que se sintiera del todo frustrado al saber que yo era hetero y que habia traido a mi chica a vivir conmigo. Siempre sospechamos que era gay, por el amaneramiento que tenía y la forma de hablar, pero mis sospechas se confirmaron cuando lo escuche al telefono diciendole a un tal Isidoro que le gustaba. Ahi lo ví todo más claro, y más cuando un día, mientras yo comía, salió al balcón a fumar en calzoncillos, con una parte medio bajada, enseñándome la hucha y la otra metida por el cachete del culo, en plan tanga, como insinuándose. A muy poco estuve de ir hacia el, cogerle de los pies y tirarlo por el balcón al grito de "VUELA, MARIPOSÓN, VUELAAAAA"!!!
Tanto el como la compañera dejaron de limpiar el piso (solo fregaban los platos, pero dejaban todos los restos de comida en el fregadero, pulpa de naranja por la encimera, si se caia algo al suelo (aceite, tomate, cascaras de algo) no lo recogían, y encima me echaba en cara a mi que no limpiaba. Nos "obligaron", de muy malos modos, a Ester y a mi a compartir el cajón mas pequeño del congelador. Ponía la música a todo volumen a proposito, y cantaba a voz en grito los grandes de exitos de Rocío Jurado, la Más Grande!!!
Tenía comportamientos de lo más extraño. El más intrigante de todos sucedía en Sanfermines. Se levantaba de la cama a las 2 de la tarde, sin lavarse la cara se metía entre pecho y espalda una bote de menestra calentado en el microondas, se vestia de pamplonica (conjunto entero, de blanco, con faja y pañuelo rojo) y se iba. A los 10 minutos volvía, se cambiaba la ropa y se metía en la habitación o se volvía a ir, vestido de paisano. Nuestra mente calenturiente llegó a imaginar que acudía al encuentro del torico que kukuxumusu saca en Sanfermines, un pedazo de toro de peluche de 2 metros de alto, con los huevos colgando. Puede ser que su amante fuera dentro del toro y practicaran sexo salvaje en fechas tan señaladas para un pamplones!!!
Un día yo, harto de este tipo, le pinché una rueda de la bici, sin piedad (que gracia me hizo verlo como se iba tan feliz pedaleando y como volvió andando, muahahahahaaa...Alberto, fui yo el de la bici, por si un caso llegas a leer esto algún día). Se merecía un par de hostias, preventivas, pero soy un tio pacífico y paso de lios.
La gota que colmó el vaso y precipito nuestra marcha fue una acusación realmente demencial. Me salta con que yo, la noche anterior, había intentado meterme en su ordenador, de manera remota, para ver las cosas que el tenia guardadas. Casualmente, a la hora que el me decía yo estaba con Ester, en su habitación, viendo la tele. Afirmaba, todo rotundo y vociferante, que le habia aparecido un mensaje de que un tal "alberto@midireccionIPynosequemas" quería entrar en su ordenador. Me llegó a amenazar de que algo malo me podía pasar si lo intentaba otra vez. Lo mejor de toda esta historia es que aqui, mi querido y añorado ex-compañero de piso NO TENÍA INTERNET, y sin internet, no hay manera posible (sin cables de red) de poder entrar en el ordenador de otra persona!!!
Le dije que era un paranoico y que me estaba dando miedo. Al día siguiente ya estábamos buscando piso y a principios de agosto nos mudábamos a otra vivienda, toda para nosotros y nuestra gata, sin seres repelentes como el. Ha sido la persona más vil y despreciable que he conocido en toda mi vida, y desde luego, no se parece a ningún otro navarro que haya conocido, que son gente noble y educada.
Aún tengo ganas de gastarle una bromita pesada, para que sepa con quien jugó. Como se sus horarios de trabajo, cuando he pasado por el piso le he tocado el timbre unas 15 o 20 veces, para que se despierte y haga ejercicio, que la barriga a su edad queda muy fea....tonto de los cojones!!
Ayyy que horror!!! la convivencia es difícil, pero con ese tio es imposible!!!
ResponderEliminarLo de la bici está gracioso, y lo del timbre también... son putadillas jeje mejor que lo de las ostias, que tampoco hay que pasarse, aunque se las merecía!
Besitos!!!
Jolín!! Cómo para meterse contigo!!!
ResponderEliminarSiempre que cuentas las putadillas que le has hecho me siguen extrañando ya que te conozco bien y se que no eres nada vengativo,eso si, me parto y me encanta ese lado canalla. Otra anotación bastante interesante seria el mostrar a tus lectores como y porque llego tu novia a compartir ese piso contigo y de paso "recordar" algun otro compañero.
ResponderEliminarJajajajaja lo de la "trampa" que te puso para ver si entrabas a su habitación no tiene desperdicio!! jejeje. Eso sí, se te ha olvidado decir una cosa de tu ex-compi de piso, y eso que yo no lo conozco, y es que era de encefalograma plano. Como ves, lo de la "caja-trampa" me ha dejado loca.
ResponderEliminarBesosssssssssssssss
Jajajajajaja ufff madre mia me rio, pero de verme en tu situación me habria acojonado cagado o lo que sea
ResponderEliminarEse tio estaba loco perdio y ademas loco por ti, y claro te llevaste a tu chica y se desencadenó su locura...por cierto muy bien pinchada su bici, podias haberle trucado tambien los frenos jee, jee, jee (risa maléfica)
Bueno gracias por contarnos estas historias, que sirven para pensarse dos veces el compartir piso o no y con quién ;)
Pues fue una situación sin duda incómoda y dificil, ese Alberto es toda una joyita y sí, estoy de acuerdo con Ester. Es probable que le gustaras y al verte ahi con tu chica supo que sus posibilidades contigo eran nulas. No se ahi como lo digan, pero en México los gays despechados tienen fama de insoportables, y Alberto sería uno de ellos.
ResponderEliminarMenos mal que ahora vives más tranquilo y a gusto. Si un día necesitas ayuda con la broma solo dilo XD
Un beso
Uf menuda pereza más enorme tener que compartir piso. Yo he pasado por montones de casa y compañeros y podría escribir otro blog sobre ellos. ¿La peor? Una tipa maniática de la limpieza que me tenía exclavizada. Pretendía que la basura oliera siempre a pino, coño! si es basura... En fin.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus comentarios. saludos