Y al final, llego el final!!

Pamploneses, pamplonesas, ya se han acabado las fiestas de San Fermín!!! gritaba ayer la alcaldesa desde el balcón del Excmo. Ayto de Pamplona, nueve días después de haber tirado el chupinazo que dió comienzo a la jarana y al desmadre. Después de la monumental pitada que se llevó por parte del respetable, emplazó a todos los congregados a reunirse dentro de 356 días para dar comienzo a los Sanfermines 2011. La gente encendío sus espectaculares velas con recipiente porta-cera en forma de vaso de plástico (vela y soporte a 1 euro en cualquier esquina, colores variados) y entonó los acordes del "Pobre de mi". Había más gente que en la guerra, y nosotros apenas podíamos ver nada. Aún así, llegaban algunos empujando sin piedad y sin vergüenza, y si le decías que por allí era imposible pasar, se encaraban contigo...inaudito!!

Bueno, el caso es que la cosa ha vuelto más o menos a la normalidad, excepto en nuestro barrio, que todavia tenemos el infierno en forma de atracciones, y todo puede ser que estén aqui todo el fin de semana, dando por el culo.

Como detalles reseñables puedo destacar que quizá ha venido menos gente que otros años (por la crisis, me imagino), que los dueños de los bares siguen siendo igual de secos que durante el resto del año y que se pasan tres pueblos subiendo los precios. No es de recibo que yo pague 3,50 o 4 euros por un kebab un día cualquiera y que vaya un dia durante SF y me pidan 6 euros, así por toda la cara. Tampoco es normal que te pidas una caña con limón, te traigan una copa con Fanta calentuja, un 1/3 de Heineken y te cobren 5 eurazos del ala, por las buenas, y que Viva San Fermín!!

En cuanto a la animación callejera, hay que reconocer que ¡Fama, a bailar! ha hecho mucho daño. En un tramo de 400 mts. escasos había tres grupetes de jóvenes de musculado torso y peinados extravagantes pegando brincos, reptando y emulando a Gervasio Deffer en sus ejercicios de suelo, con fondo musical hiphopero y techno-house. Congregan a un buen número de espectadores que forman un amplio círculo, compacto y cerrado, pero que cuando hace acto de aparición el del gorrito pidiendo una "propinilla" se disuelve tán rápido que parece que han aparecido los antidisturbios con porras y escopetas de pelotas de goma. Yo me escaqueo el primero, pero no porque no quiera darles nada, sino por las formas que estos pollos se gastan a la hora de pedirte el dinero.
El artista callejero de toda la vida se ha ganado los cuartos en base a la buena voluntad de aquellos que han considerado que hace bien su actividad artística, sea pictorica, musical, malabares o el pino-puente. Lo que no es de recibo es que un tio que voluntariamente hace su actuación en medio de la calle te lance la siguiente petición (palabras textuales): Señores, antes de actuar vamos a pasar el gorrito para solicitarles una colaboración, ya que somos artistas y necesitamos vivir. Eso si, les pedimos que no nos den "lo que les sobra", no nos den los centimos que llevan en el bolsillo. Van a ver un buen show y eso conlleva una compensación económica, ya que los artistas no se alimentan del aire. Y claro, tengan en cuenta que somos 9 personas, y si nos dan 2 euros, solo tocamos a 0,20 cts. por cabeza, y con eso no vamos a ninguna parte...

Ante esta profunda disertación, yo opto por mandarlos muy muy lejos, a freir esparragos, o morcilla, a hacer puñetas o calceta, a la porra o a tomar por culo, hay para todos los gustos, no sin antes decir en voz alta (mi festival del humor particular) que les iba a dar 50 € a cada uno, para que cenaran en el restaurante Europa (el más caro de Pamplona) a mi salud, coño, que se lo merecen por su humildad!!

En cambio, a otro titiritero argentino si que le dí un euro, porque hizo una brillante y divertidísima actuación con guiñoles en forma de oruga que casi me parto de la risa.

Ha habido actuaciones para todos los gustos. Yo me quedaré siempre con la actuación de un grupo de chicos de Senegal que tocan los djembé de maravilla, y montan una jarana divertidisima, con un montón de gente bailando. Son viejos conocidos de la ciudad, ya que trabajan de carpinteros en un pueblo cercano a pamplona y nunca faltan a la cita sanferminera.

Por último, me quedé estupefacto cuando volvía a Pamplona despues de estar el fin de semana en Puertollano en una boda. Nos tocó en el Alvia un asiento de cuatro personas, face to face (lo odio, porque no puedo mover apenas las piernas). Puen bien, llegaron un grupo de chavales de EE.UU, y ni cortos ni perezosos, accionaron el pedal inferior del asiento, movieron no se que palanca y con un estupendo giro le dieron la vuelta al asiento para poder estar ellos juntos y jugar a las cartas. Yo me quedé flipado, no por que le dieran la vuelta al asiento, que se es factible, sino por la facilidad y la decisión con la que lo hicieron. Y encima, fueron tan chulos de descubrirme, a estas alturas de mi larga vida como usuario de trenes, que los asientos tenían debajo un estupendo enchufe, en el cual conectaron sus ipod´s, ipad´s, iped´s (si los hubiera), iphone´s, portatiles, psp y demás artilugios electrónicos que portaban. Anda que no he maldecido yo en algunos viajes por haberme quedado sin bateria en la DS, la PSP o el MP3...

En fin, que ya queda menos para los próximos sanfermines, a saber donde estaremos dentro de un añejo...si así son las cosas, así se las contaremos.