Sigo sumando...

Esthertxu, desde su divertido blog, me ha vuelto a "retar" a contar 7 cosas personales, privadas, intimas y secretas de mi mismo. Y como me sobran tontunas, pues rebusco en mi interior y suelto cuatro payasadas que contribuirán a que la gente me vea cada día más absurdo y no me tomen en serio, sobre todo por decir cosas como:

1. Cuando era un crió me daban miedo las setas, hongos y demás seres con sombrerito que crecen en zonas umbrías entre el verano y el invierno. Cuando están "muertos" en un plato, con ajillo, salsa picante o en una rebanada de pan con un poquito de jamón no, pero era ver una seta blancuzca entre la hierba y me daban los siete males. Incluso me salía una vena destructiva y los pisaba sin piedad...pobres setas, la de pitufos que habré matado de esta manera. Y luego el malo era Gárgamel!!!

2. Como me gusta tanto comer, he mordido el parachoques de un coche, un banco de granito, un escalón hecho con piedras de rió durísimas y el suelo de una piscina. Es por ello que tengo los "paletos" cuadrados, porque me he ido dejando trozos en los más diversos lugares.

3. Tengo los tobillos hechos fosfatina. Eso si, me reparto las incidencias entre los dos, para que no se quejen. En el izquierdo, desgarro muscular severo con desplazamiento de la masa muscular hacia el tobillo (se cayó una especie de escenario de hierro y me pego el borde en toda la pierna) y esguince de ligamentos que me tuvo 1 mes de baja y me quedé sin salir en Nochevieja (con lo cual perdí opciones de pillar tema, y en esos años era muy importante triunfar en noches señaladas). La pierna derecha en cambio sufrió la rotura del maleolo tibial (martes, 11 de diciembre de 1990, caída por escaleras con aterrizaje en mala postura y el tobillo se fue a la mierda) y una tendinitis (por evitar que el balón saliera por la linea de fondo, yo, como defensa estorbo que era, alargue mi anatomía todo lo que pude para no dar opción a la remontada del equipo rival y claro, donde no hay, no hay. Chasquido al canto y venga, una férula en la pierna, 3 semanas de baja....y otra Nochevieja que me perdí, cagüento!!. Al año siguiente y los venideros me he negado en jugar con mis amigos la típica pachanga futbolera navideña).

4. Aprobé el teórico del permiso de conducción a la tercera y el práctico a la segunda. El teórico lo hice en Puertollano. Mala suerte con las preguntas y cabezón que soy. Fallé una de esas preguntas raras que hablan de señales que no las vas a ver en tu puñetera vida. Pues bien, en el siguiente examen volvió a caer y la volví a fallar, porque yo me empeñé que esa pregunta tenía que estar mal de alguna manera. Aprobé a la tercera con 4 fallos, no os penséis que fui sobrado.

Lo del práctico fue mucho más divertido. Me examiné en Cuenca y fue todo una espectáculo. El día anterior al examen me salté tres semáforos en rojo seguidos en una avenida ultra larga. Pensaba que me daba tiempo a pasarlos en ámbar, aceleraba y nunca llegué a tiempo...pero los pasaba. Antonio, el profesor, hizo amago de soltarme una hostia en el tercero, jaja. Al día siguiente, en el examen, cometí tres faltas graves y no me ahocaron de milagro:

1) Me coloqué para entrar en una autovía en el sentido equivocado, mirando hacia la izquierda.
2) Me salté una semáforo en rojo, con paso de cebra adjunto y cruzando la gente, carritos de niño incluidos.
3) Pensé que era una tontería hacer un STOP cuando sería más lógico hacer un CEDA EL PASO.

El siguiente examen fue coser y cantar, 15 minutitos y aprobado. Se ve que el día anterior no me levanté muy inspirado.

5. Como miembro de una residencia universitaria, fui víctima de novatadas por parte de las chicas veteranas. Una de las "pruebas" era desnudarse detrás de una manta, tirar la ropa interior lo más lejos posible y luego, en parejas y enrollados en la manta, ir a buscarla. Cuando mi compi de manta ya estuvo vestido, pegó un tirón y me dejó en pelota picada delante de 50 tías que, si esperaban ver algo, lo vieron todo en primera persona y sin censura. Alguna picarona ya me lo recordaba de vez en cuando y yo, ya puestos, aprovechaba la ocasión para ofrecerme como amante ocasional si estuviera interesada en mi persona.

6. Hablando de la residencia en la que viví mis años de estudiante, recuerdos con cariño las ventanas. Hice bastante uso de ellas, y no precisamente para asomarme y darle a la ciudad los buenos días. Más bien para entrar en algún hogar habitado por chicas y llevarme a alguna a mi guarida o bien mi broma preferida: Principios de verano, calor, ventanas abiertas, cortinas, noche, chicas viendo la TV concentradas. Yo trepo al alféizar (creo que es la primera vez que escribo esta palabra) de la ventana y cuando menos se lo esperaban, daba un salto y me plantaba delante de la TV, jajaja. Menudos sustos se daban y las ganas de hostiarme que se les quedaban. La mejor de todas fue el día de la fiesta de carnaval. Había algunas que no se habían disfrazado y estaban viendo la TV. Yo hice mi truco habitual, pero disfrazado del personaje de la película "El Cuervo", con mi pelo largo, todo vestido de negro siniestro. Bestial!!

7. Por último, una intimidad íntima con pregunta incluida. ¿Sabéis lo que quieren decir en castellano las siglas en inglés M.I.L.F.? Pues yo si que lo sé. Si queréis, Google os dará la respuesta.