Los modernos, los horteras y las Ray-Ban

Este fin de semana estábamos Ester y yo disfrutando de unos fritos de roquefort y pimiento y un par de zuritos (cervezas pequeñas, ideales para tapear) en un bar de la parte vieja de Pamplona cuando me fijé en un par de chicas. Me fijé en ellas por como iban vestidas, porque su atuendo te daba un bofetón –zaaasss, en toda la boca!!!-. Sinceramente, cada persona es muy libre de vestir como el venga en gana, eso está clarísimo, y no soy yo nadie para decir como debe o no debe vestir la gente.

Ahora bien, en ciertas ocasiones me llego a plantear en que carajo está pensando la gente cuando se visten. Estas chicas parece que habían buscado lo más hortera, pasado de moda y rancio que habían encontrado en el armario que sus abuelas tienen en el trastero de la casa del pueblo (intento hacerlo bastante inaccesible, claro) y que no se había tirado al contenedor porque podría servir para Carnaval… y lo habían combinado con complementos de un bazar chino en toda regla. Aunque no soy un “Fashion Victim”, me gusta comprarme ropa más o menos interesante, busco la manera de combinarla de una manera elegante y tengo las suficientes luces como para saber que las rayas y los cuadros no son lo más idóneo para salir a la calle si no quieres que se rían de ti y te tiren piedras. Por lo tanto, considero que llevar unos leotardos color burdeos combinados con calcetines deportivos de hilo gordo color blanco y unas alpargatas de esparto con cuña totalmente veraniegas no es lo más “chic” del mundo. Y más aún si por arriba te has puesto un jersey de los años 80 (literal, no basado en la moda de aquella década) que te llega por las rodillas y rematas tu pelo con un rosa de plástico robada de algún cementerio…el resultado hace que me atragante con mi frito y me salga la bechamel por las fosas nasales.

No pretendo que nadie de los que habitualmente leen estas líneas se ofenda si se ve reflejado en alguno de estos personajes. Simplemente yo me pregunto acerca de que pueden estar pensando cuando se visten así. Me imagino que pretenderán llamar la atención, no?? Desde luego que lo consiguen, porque no pueden ir más ridículos.

Para rematar la faena, por la noche me encontré a la que llevaba el complemento que le faltaba a la de la mañana: las gafas de Betty la Fea, dos trenzas y una bufanda de colorines puesta a modo de cinta de pelo (lo más gracioso del asunto es que esa chica tenía pinta de ser estudiante de la universidad privada, con lo cual me produce urticaria que estén pagando un pastón por estudiar Medicina (p. ej) en una universidad del Opus y quieran dar la imagen de que van por la vida de alternativos, vistiendo como payasos, con zapatillas de loneta sucias y con agujeros por donde les asoman los dedos)

Con respecto a las gafas que hablaba en el párrafo anterior, me refiero a las gafas Ray-Ban de pasta negras. Ya se que vivimos inmersos en una sociedad marcada por las tendencias y que estas tendencias a veces descarrilan un poco, pero lo de estas gafas me parece demencial. Son las típicas gafas con las que se ha ridiculizado a la gente miope desde siempre (Betty la Fea, la Blasa, etc.) y ahora son lo más de lo más en moda ocular?? Sinceramente, no se como la gente se puede ver atractiva con esas gafas. Y más triste me resulta pensar que se pongan esas gafas porque la moda dicte que eso se tenga que llevar y vayan como borregos a comprarse las gafazas de pasta. Eso me indica que no tienen ni un ápice de personalidad, como que ahora todo el mundo lleve el clásico reloj Casio metálico que llevaban nuestros padres. El otro día vi un grupo de chicas que pasarían de la mayoría de edad y vestían todas exactamente igual, eran como auténticos clones, y todas todas llevaban ese relojito de marras. Lamentable.

Claro está, más lamentable es que tu personalidad se transforme de manera radical por llegar a un sitio nuevo y cambie tu manera de vestir, de pensar y de comportarte. Este caso se dio de manera asombrosa en la Facultad. Ya sabemos que Bellas Artes son unos estudios en los que abundan muchos los bohemios y alternativos, cosa que tampoco entiendo, puesto que la apariencia no está reñida con la creatividad. En mi primer año, aparte de algunos perro-flauta que ya llegaron así de serie, había decenas de chicos y chicas con una apariencia totalmente normal. Al año siguiente y fruto de relacionarse con alumnos de cursos superiores, algunas de las chicas que yo conocí sufrieron una metamorfosis tan escabrosa que opté por juntarme con otra gente: de un día para otro algunas optaron por raparse la cabeza, vestir con harapos, ponerse ciegas de porros y dejar de lavarse. Mucha gente de mi entorno ya me avisaron de que yo también caería en ese juego y me volvería un “guay” de esos; totalmente equivocados, yo seguí siendo fiel a mis principios y a mi manera de ser, vistiendo pantalones totalmente enteros, camisetas del derecho, el pelo limpio, mi amor por Diego Velázquez y mi sencillez por bandera….y es que me doy cuenta que el mundo está lleno de modernos, alternativos, modernillos y mucho gilipollas.