Ya no soy Alberto. Me da igual el nombre que me pongáis (BERNAAAAAARDDDD!!), soy un hombre nuevo. Después de la purificadora visita al Balneario de La Perla en San Sebastián, me he transformado. Cuando sales de allí, después de tres horas de burbujas, chorros de agua en todos los rangos de presión, temperatura y textura, camas de agua, saunas, aqua-gym, agua helada (pero fría de cojones, solo me metí hasta las rodillas) y camas de infrarrojos con vista panorámica de una abarrotadísima Playa de la Concha, parece que no tienes piernas y que en tu pecho te ha crecido un pulmón más. Notas como los poros de tu piel se abren hasta el infinito y sale toda la mierda acumulada durante meses. Sales de allí feliz, con la sensación de que los 30 euros que has pagado han sido los mejor invertidos de toda tu vida, y con un hambre atroz!!
Y claro, estando en Donosti, capital del pintxo, no te vas a meter en un McDonalds o similar, no? Pues venga, paseemos hasta el Casco Viejo y dejémonos llevar por esas barras llenas de manjares (a doblón el manjar, oigaaa). Nos comimos 8 pintxos, mitad para cada uno, regados con txakoli (podrían estirarse más llenando el vaso, que los vascos son muy burros y exagerados para unas cosas, pero para otras se quedan cortitos). Los pintxos estaban todos riquísimos, supimos elegir bien, descartando los de txaka (palitos de cangrejo) en un primer vistazo: Boquerón en vinagre y anchoa con pimiento verde, jamón y un pochado de ajo con cebolla, un hojaldre de chistorra, lacón a la gallega con cachelo, taco de bacalo fresco con fritada de cebolla y pimiento, etc, etc. Lo completamos con unos ricos helados, el de Ester de amaretto y el mio de chocolate con naranja con otra bola de manzana.
Como parece ser que nos quedamos con más ganas de sal en la piel y en la boca, y aprovechando que hacía un día realmente fabuloso, nos fuimos a la playa de Hondarribia, a 15 minutos de San Sebastián. Chapeau por la playa, por lo grande que es (en anchura, no en longitud), lo bien cuidada que está, por lo fresquita que está el agua (deliciosa, no se calentaba en ningún momento y tenías una permanente sensación de frescor) y por poder llegar a las 17:30 h. y colocar tu toalla no en primera linea, no, en primerísima linea de playa, concretamente a tres metros del agua, sin que nadie te molestara...hacía mucho tiempo que no me daba un baño tan apacible y reconfortante!!
Mi majadería diaria fue no hacerle ni puñetero caso al GPS, coger la salidas que me daba la gana y empezar a ver carteles de bienvenida a FRANTZIA (en euskera). Por suerte, aprendí a seguir las indicaciones de la dulce voz que me hablaba desde el aparatejo y me incorporé a la autovía.
La parte mala del día fue que a la pobre Estertxu le salió una ampolla sobre otra ampolla anterior en una de sus pies. Se le rompió la piel y la malvada arena de la playa se le metió hasta lo más profundo. En casa la tengo, con medio pie en carne viva untado de Betadine y con mucha paciencia. ODIO LA ARENA DE LA PLAYA, si no voy más veces es por esta razón...QUIERO PLAYAS CON GRANITOS REDONDOS Y SUAVES, QUE NO SE PEGUEN EN LA PIEL, O EN SU DEFECTO, PLAYAS CON HIERBA TIPO CAMPO DE GOLF.
Como complemento del sábado, el domingo nos enfundamos el mandil y nos embarcamos en la tarea de concepción y creación de nuestro plato estrella del domingo: CALZONCILLOS GOURMET. No hablo de ropa interior, evidentemente. Simplemente son empanadillas, pero hechas en el horno, como si fueran calzones....y como son pequeños, pues calzoncillos. Salieron deliciosos, con diferentes rellenos que fueron sorpresa una vez que estaban todas en el plato: boloñesa con cebolla y champiñón; atún con piquillos; jamón con queso munster, piquillos y menta; langostinos con piña y por último, minicalzones pizza, con mozzarella fresca, jamón, pimientos, etc...Como acompañamiento, un vino blanco portugues muy fresco y recomendable, se llama MATEUS. Si alguien quiere la receta de los calzoncillos e ideas para el relleno, no dudeis en preguntar!!
Y claro, estando en Donosti, capital del pintxo, no te vas a meter en un McDonalds o similar, no? Pues venga, paseemos hasta el Casco Viejo y dejémonos llevar por esas barras llenas de manjares (a doblón el manjar, oigaaa). Nos comimos 8 pintxos, mitad para cada uno, regados con txakoli (podrían estirarse más llenando el vaso, que los vascos son muy burros y exagerados para unas cosas, pero para otras se quedan cortitos). Los pintxos estaban todos riquísimos, supimos elegir bien, descartando los de txaka (palitos de cangrejo) en un primer vistazo: Boquerón en vinagre y anchoa con pimiento verde, jamón y un pochado de ajo con cebolla, un hojaldre de chistorra, lacón a la gallega con cachelo, taco de bacalo fresco con fritada de cebolla y pimiento, etc, etc. Lo completamos con unos ricos helados, el de Ester de amaretto y el mio de chocolate con naranja con otra bola de manzana.
Como parece ser que nos quedamos con más ganas de sal en la piel y en la boca, y aprovechando que hacía un día realmente fabuloso, nos fuimos a la playa de Hondarribia, a 15 minutos de San Sebastián. Chapeau por la playa, por lo grande que es (en anchura, no en longitud), lo bien cuidada que está, por lo fresquita que está el agua (deliciosa, no se calentaba en ningún momento y tenías una permanente sensación de frescor) y por poder llegar a las 17:30 h. y colocar tu toalla no en primera linea, no, en primerísima linea de playa, concretamente a tres metros del agua, sin que nadie te molestara...hacía mucho tiempo que no me daba un baño tan apacible y reconfortante!!
Mi majadería diaria fue no hacerle ni puñetero caso al GPS, coger la salidas que me daba la gana y empezar a ver carteles de bienvenida a FRANTZIA (en euskera). Por suerte, aprendí a seguir las indicaciones de la dulce voz que me hablaba desde el aparatejo y me incorporé a la autovía.
La parte mala del día fue que a la pobre Estertxu le salió una ampolla sobre otra ampolla anterior en una de sus pies. Se le rompió la piel y la malvada arena de la playa se le metió hasta lo más profundo. En casa la tengo, con medio pie en carne viva untado de Betadine y con mucha paciencia. ODIO LA ARENA DE LA PLAYA, si no voy más veces es por esta razón...QUIERO PLAYAS CON GRANITOS REDONDOS Y SUAVES, QUE NO SE PEGUEN EN LA PIEL, O EN SU DEFECTO, PLAYAS CON HIERBA TIPO CAMPO DE GOLF.
Como complemento del sábado, el domingo nos enfundamos el mandil y nos embarcamos en la tarea de concepción y creación de nuestro plato estrella del domingo: CALZONCILLOS GOURMET. No hablo de ropa interior, evidentemente. Simplemente son empanadillas, pero hechas en el horno, como si fueran calzones....y como son pequeños, pues calzoncillos. Salieron deliciosos, con diferentes rellenos que fueron sorpresa una vez que estaban todas en el plato: boloñesa con cebolla y champiñón; atún con piquillos; jamón con queso munster, piquillos y menta; langostinos con piña y por último, minicalzones pizza, con mozzarella fresca, jamón, pimientos, etc...Como acompañamiento, un vino blanco portugues muy fresco y recomendable, se llama MATEUS. Si alguien quiere la receta de los calzoncillos e ideas para el relleno, no dudeis en preguntar!!
Me parece estupendo que dediques una entrada a los "calzoncillos", se me hizo la boca agua leyendo el post, jeje.
ResponderEliminarBesos.
Ainsss, pero que envidia, de esos chorros purificantes, de esos pinchos deliciosos, de los calzoncillos (pasa la receta), de todo menos de los granitos esos de arena, pobre tu chica, yo se que es eso y se pasa francamente mal.
ResponderEliminarLas playas de aqui seguro os gustarían, son de chinorros grandes, eso sí acaba uno/a con la espalda destrozada
como donostiarra que soy te digo que has cometido un grave error para nosotros.... decir casco viejo... nonono cualquiera de aquí te dira que se dice parte vieja ;)me alegro que hayas disfrutado. Yo todavía no he estado en el balneario.... :S habrá que probar
ResponderEliminarSe me está saliendo el jugo gástrico por la boca.......... por diooo... que llevo sólo un café en el cuerpo y fue a las 7.00 am......
ResponderEliminarJoer!.. eso no se hace.... qué hambre me ha dado......